miércoles, 27 de febrero de 2013

Community Management vs. Curación de Contenidos.


Hace algunos meses tuve la suerte de asistir a una presentación en el Instituto Tecnológico de Aragón sobre este tema. La ponente principal, de la que ahora mismo no recuerdo su nombre pero que estaba más que acreditada para hablar del mismo, expuso con gran convicción y argumentos de peso que las redes sociales estaban cambiando el mundo tal y como lo conocemos hasta tal punto que incluso ideas tan enraizadas como las fórmulas democráticas establecidas o los sistemas de gobierno tradicionales estaban siendo cuestionadas y modificadas por movimientos de masas principalmente ensalzados y convocados a través de dichas redes.
No es este el tema que quiero tratar hoy, de hecho, tampoco la disertación que esta persona hizo trataba sobre ello. Solo lo utilizó como punto de partida para apoyar la idea de la importancia que hoy en día se están cobrando las redes sociales.
No es algo nuevo que un medio de difusión de la información se convierta en una parte esencial de la vida de las personas. La radio y la televisión lo fueron en su momento, después vinieron Internet y el teléfono móvil. Quizá nadie recuerde ya si en sus comienzos la radio y la televisión tenían o no publicidad, pero, en un primer momento, Internet no era un medio publicitario, se fue convirtiendo en uno poco a poco hasta que un día todo eran banners y promociones. Ahora encontrar una página que no tenga publicidad o no intente vendernos algo es tan improbable como que los anuncios desaparezcan al cien por cien de la televisión pública –si alguien creyó realmente que ese sistema llegaría algún día a ser sostenible es que estaba más flipado que el ex-presidente Rodríguez Zapatero aplicando un formato televisivo impulsado por la derecha francesa para arruinar su ente audiovisual y así facilitar su privatización.
Pero no quiero irme por las ramas con este tema. A lo que iba, es que la publicidad, la difusión, lo es todo en cualquier medio. Ya decía Alfonso Guerra en tiempos algo así como que prefería diez minutos en televisión a una hora en la radio. Ahora habría que cambiar esa frase y decir que es mejor tener una buena difusión en las redes sociales antes de que saquen en la tele y sino que se lo pregunten a Tony Cantó, años de televisión lo pusieron en el Congreso y unas malas semanas en las redes sociales le podrían complicar una posible reelección en las próximas generales.
Y ese es el otro problema: buena o mala, la imagen que damos en las redes sociales, que no suele ser directa sino la que otros difunden de ti, es esencial para que cualquier negocio o proyecto social, cultural, etc., fracase o triunfe. Y es aquí donde entran las figuras a las que hago mención en el comienzo de éste artículo.
¿Qué es el Community Management? Supongo que todos o casi todos lo que leáis esto habréis llegado hasta aquí a través de alguna red social de las varias en las que me publicito -Facebook, LinkedIn, Google+...-. El Community Management es la acción de gestionar una o diversas cuentas en una o diversas redes sociales con idea de difundir un proyecto, idea, negocio, producto o servicio. Pero entonces ¿qué es un Community Manager? ¿Qué hace realmente? El Community Manager es un experto en Marketing que, no solo se dedica a difundir sino que analiza y clasifica los targets de las audiencias receptoras de las campañas de difusión, selecciona la información a difundir en función de esos targets y prepara una estrategia de difusión basada en toda la información que esas mismas potenciales audiencias les proporcionan por medio de comentarios, “likes”, datos publicados en los perfiles personales, etc.
¿Cual es el problema? Pues el mismo que puede tener cualquier campaña publicitaria. Que este experto en el manejo y aprovechamiento de las redes sociales no tiene porqué ser experto en la información que difunde. Se limita a publicitar aquello que la empresa o el proyecto le dicen que publicite y se limita a poner en práctica sus conocimientos sobre SEO, SEM, analíticas de visitas, análisis de audiencias... y cuando algo falla y toda la teoría del marketing y la publicidad se caen por su propio peso, la culpa recae sobre el tío que le pasó los textos al de marketing y no supo transmitirle la idea que se quería difundir. Y es que en las redes sociales no es suficiente con publicar y esperar a que la gente te haga comentarios positivos o te marquen un “me gusta”. Si alguien te pregunta algo o te hace un comentario técnico sobre lo que has publicado debe recibir una respuesta lo más pronta y honesta posible. Si no se hace esto, y la mayoría de los Community Managers –de marketing puro- no lo hacen, la falta de feedback con la marca acaba produciendo el efecto contrario al deseado. Es tal el mal manejo de la situación, que hay casos en los que las preguntas incomodas y las criticas a un producto o servicio son eliminadas por los citados gestores que no saben lidiar con este tipo de situaciones a las que no están habituados porque proceden de una escuela de negocios donde les enseñaron un modelo publicitario basado en la unidireccionalidad.  
¿Cuál es la solución? Recuerdo perfectamente que la ponente del ITA estableció esto mismo que yo voy a explicar a continuación: La Curación de Contenidos es el verdadero futuro de la difusión en las redes sociales.
¿Qué es la Curación de Contenidos? En las redes sociales la gente difunde de todo, un Curador de Contenidos es alguien que selecciona la información a difundir, generalmente un experto en esa materia y no alguien a quien le da igual difundir sobre leche que sobre botas camperas.  
Un experto en marketing puede enseñarnos a utilizar las herramientas y a planificar nuestra estrategia, pero cuando haya que lidiar con el público, nada mejor que alguien que pueda aclarar dudas y domine los temas difundidos para poder responder adecuadamente a las críticas cuando éstas no tengan fundamento, no teniendo que limitarse a ignorarlas e incluso borrarlas. Por tanto, la figura del Community Manager no es la más adecuada para gestionar nuestra imagen en las redes sociales, sino la del Curador de Contenidos.
Algunos consideran esto como que la figura del Community Manager debe ser un experto en la materia de la que trata, pero yo prefiero hacer una distinción clara y apostar por la figura del Curador de Contenidos, claramente separada del experto en Marketing y abogar porque la moda de tener un Community Manager se pase pronto, haciendo que podamos disertar con expertos y no con comerciales.

viernes, 22 de febrero de 2013

Al César lo que es del César... y no pido mucho.


    Voy a empezar esta nueva andadura con un artículo viejo. "Planificación ideal de un proyecto web" fue publicado originalmente en Noticias.com el 8 de Agosto de 2005. 

  Recientemente descubrí por casualidad que unos meses después había sido totalmente reproducido, sin mi permiso, por alguien en una web comercial que solamente me citó como fuente y que además añadía un párrafo adicional de promoción de una empresa -supongo que la de la web en la que se copió el artículo- sin acotar o separar claramente que texto era el mío y cual era el suyo, dando la apariencia de haber escrito ellos el texto o que yo, autora de mismo, podría tener alguna relación laboral con ellos, cosa que desde aquí aprovecho para desmentir.

    A continuación de estas líneas os reproduzco mi artículo, quizá un poco desfasado ya, aunque puede que no tanto si nos fijamos en la forma de trabajar de algunas empresas.

Disfrutadlo.

Planificación ideal de un proyecto Web.

A pesar de los años que lleva Internet implantado en el mercado, la empresas todavía no han dado con la formula óptima de producción en este tipo de proyectos.

Durante los años que llevo dedicados a la elaboración de proyectos Web, he podido constatar que, en general, hay un gran desconocimiento a la hora de acometer un proyecto Web de forma adecuadamente coordinada.
Cada empresa tiene una forma de trabajar diferente. Unas tienen bondades que son carencias en las otras y viceversa.
Esto no significa que los sistemas de producción de este tipo de aplicaciones sean mejores o peores, simplemente no están equilibrados.
Por lo general, las empresas dedicadas al diseño hacen hincapié en esa parte del producto, dejando de lado las problemáticas que para la fase de programación puede acarrear un diseño que no se adapte bien a la automatización de sus contenidos.
Por el contrario, las empresas dedicadas al desarrollo de aplicaciones tienen tendencia a menospreciar el valor de un buen diseño a la hora de presentar estos productos. Cuando un diseñador tiene que hacerse cargo del programa elaborado, suele tener serios problemas para no eliminar ningún código importante del programa y su aportación  -si no tiene conocimientos suficientes de código html, javascript o, incluso, asp o php, ya que hoy en día los diseñadores no saben mucho más que el manejo de DreamWeaver- suele ser bastante pobre.
Este tipo de actuaciones conduce a diseños espectaculares, con una difícil actualización de contenidos, o a programas con contenidos ágilmente renovables, pero con aspectos pobres o acabados poco cuidados.
Afortunadamente, existen empresas que ya han empezado a poner remedio a este problema, creando equipos mixtos de diseñadores, maquetadores y programadores, coordinados por analistas con amplios conocimientos en ambos campos: el del diseño y el de la programación.
Uno de los mayores escollos con que se encuentra una empresa a la hora de definir equipos equilibrados es la falta de entendimiento entre programadores y diseñadores, ya que, generalmente, “no hablan el mismo idioma”. El segundo problema es encontrar a alguien formado en ambos campos.
Generalmente los equipos deberían estar  liderados por Directores de Arte formados en empresas informáticas o Analistas con una amplía experiencia colaborativa en empresas de diseño.
Desafortunadamente, esta figura no es fácil de encontrar y cada tipo de empresa acaba contratando para esos puestos a aquellos profesionales que se ajustan más al perfil de su principal interés, en el caso de las empresas de marketing y diseño son Directores de Arte y en el caso de las empresas de desarrollo son Analistas Informáticos.
Esto provoca que no se resuelva el problema de manera satisfactoria y los clientes acaben encargando sus productos de manera compartida, el diseño a una empresa y el desarrollo a otra.
En estos casos se produce una dicotomía que genera un malestar a la hora de decidir quien lleva la voz cantante del proyecto, llegando a producirse falta de colaboración y rivalidad expresa entre ambas compañías que no comprenden –o no quieren comprender- porqué no les han concedido realizar el proyecto en solitario cuando sus equipos disponen de personal capacitado para realizar el proyecto en todo su conjunto.
Llegados a este punto ¿a dónde nos conduce esta situación? Si poniendo los medios humanos adecuados no conseguimos un entendimiento ¿qué falla en el proceso?.
Como toda aplicación informática, la elaboración de un proyecto Web, no sólo se basa en el recurso, sino también en el orden en el que se elabora el producto.
Si un cocinero hace una tarta de manzana, deberá añadir la manzana antes de meter la tarta en el horno y no después, sino el producto de ese cambio sería un postre distinto.
Así pues, las empresas informáticas, aún incluyendo diseñadores en sus equipos, tienen tendencia a elaborar la programación antes de solicitar la intervención de este recurso.
Por el contrario, las empresas de diseño, realizan bocetos sin preguntar a sus desarrolladores si creen que se ajustan a las necesidades del proyecto.
Por eso la figura del coordinador del equipo, conocedora de ambos campos de actuación, es tan importante. Puede ayudar a optimizar un sistema de producción para conseguir algo que hoy en día se exige cada vez con más fuerza: desarrollos Web espectaculares y prácticos.

La dirección de archivo donde podéis localizar la publicación original: 

Un enlace a mi archivo en mi Biblioteca Virtual de donde podéis descargarlo si el enlace anterior deja de funcionar o si queréis tenerlo en vuestra biblioteca particular.


martes, 19 de febrero de 2013

Bienvenidos a mi pequeña ventana al mundo

      A la tercera va la vencida. Y es que éste no es el primer blog que inicio. Supongo que unirse a las modas es algo que nos ha pasado a todos en alguna ocasión. Mi primer blog era uno de esos casos y, por eso, tras la tercera publicación lo abandone por falta de tiempo y trolls a los que no conocía y cuyos comentarios me importaban menos que aquello que tiramos por la taza del retrete.
      Cuando la fiebre de los blogs empezó a descender, descubrí ciertos sitios de noticias donde podía escribir esporádicamente sin tener que alimentar a la bestia de manera constante. Además podía hacerlo de manera seria, llegar a mucha más gente y con un filtro profesional detrás que no permitía que publicase cualquier cosa. Así comencé a colaborar en Noticias.com y más tarde en Ellibrepensador.com.
      Fue por entonces cuando decidí que había llegado el momento de volver a intentar lo del blog. De nuevo no parecía ser el momento. Creo recordar vagamente que escribí una primera entrada pero ni tan siquiera hubo respuesta de los habituales trolls -parece mentira, pero llegué a echarlos de menos-. Me había acostumbrado a tener comentarios o críticas serias a mis artículos y un blog personal, sin la difusión que tienen los medios de noticias digitales, no tiene comentarios. Continué pues centrándome en mi esporádica contribución periodística, que, aunque no profesional, llegaba más lejos de lo que pensaba.
      Un día en el trabajo me llamaron la atención. Un artículo mío había sido publicado y no había sentado muy bien -un día de estos ya os lo enseñaré, está en el archivo del Noticias.com-. Lo curioso del asunto es que yo lo había enviado y no sabía que lo habían publicado así que fui la primera sorprendida. Me cayó una buena bronca y una insinuación de despido se mascó en el tenso ambiente ¡me sentí como una auténtica periodista! 
   Más allá de la bronca no sucedió nada y yo continué escribiendo, pero me pasé a Ellibrepensador.com. No tenía tanta difusión como el medio en el cual había escrito previamente, pero si la suficiente. Sin embargo, acabé cayendo en las redes sociales y ese olor a inmediatez y difusión rápida que despiden. No tener que escribir un artículo cada vez que quieres difundir algo, ¡una línea de texto, un enlace... y listo!.
      Contestaciones banales o no tanto, enlaces compartidos... todo ese tiempo yo antes lo dedicaba a escribir un único texto.
         Me he dado cuenta recientemente de que mi opinión importa para mucha gente que no me conoce, pero los comentarios a lo que otros publican se suelen perder como el eco en la montaña. Y esa es la misión que tendrá este blog a partir de ahora, ser la memoria de aquellos ecos.
         Espero, de verdad, que a la tercera sea la vencida.