martes, 27 de octubre de 2015

Tipos de "piratas" según sus motivaciones

Esta semana voy a tratar un tema que puede resultar interesante tanto para aquellos que me siguen por motivación profesional como para aquellos que lo hacéis simplemente porque os gusta lo que escribo.

Todos, en algún momento, hemos oído hablar de los piratas informáticos y también de las distintas nomenclaturas que se utilizan para designarlos. Unos hablan de "piratas", otros hablan de "hackers", otros de "snikers", otros de "krackers"... incluso últimamente, influenciados por ciertos programas de ficción televisiva de bastante audiencia, se empieza a escuchar términos mixtos como "hacker de sombrero blanco" o "hacker de sombrero negro". Si alguno de vosotros esperaba que le aclarase en este post que significa cada uno de esos términos se va a llevar un buen chasco, pues no me parece que sea relevante y seguro que hay expertos mejores que yo para explicarlos adecuadamente.

Yo voy a definir una serie de categorías de "piratas informáticos" o "hackers", que serían los términos más genéricos, en base a como se comportan. ¿Para que nos sirve esto? Para saber como comportarnos nosotros ante su presencia.

Voy a empezar describiendo al que yo denomino "Pirata de Juegos de Guerra". En realidad esto no es más que una referencia cinematográfica que aquellos que hayan visto la famosa película "Juegos de Guerra" ya estarán intuyendo a que me refiero. Se trata de un usuario avanzado que es capaz de encontrar accesos en la red a sitios a los que no deberían entrar. Sólo irrumpen por el placer de hacerlo y demostrar a otros y a si mismos que pueden hacerlo. No son ni buenos ni malos, su motivación es egoísta, simplemente no suelen ser muy conscientes del daño que pueden llegar a hacer, ya que para ellos es un mero juego.

El siguiente tipo es el que denomino "Pirata funcional". Suelen ser aquellos que acceden a sitios web con idea de modificarlos y aprovecharse de ellos. Su motivación es sacar un rendimiento económico, por lo que no les suele interesar ser descubiertos, por ejemplo un caso típico es una web hackeada para enviar correos de fishing. Al pirata que implementa este sistema de envíos desde la web ajena no le interesa que la web se caiga ni manipular sus contenidos, ya que cuanto más tiempo pueda seguir "pescando" víctimas sin ser descubierto más puede ganar. Para nosotros puede resultar molesto si nuestra web se ralentiza y muy problemático si las autoridades rastrean los envios y nos culpan a nosotros de la acción del pirata. Es por eso que debemos revisar nuestros códigos fuente siempre que estos dependan de nosotros.

Otro tipo con el que hay que andarse con mucho ojo es el que yo denomino "Pirata mafioso". Estos no son necesariamente peligrosos, pero si pueden ser muy molestos y pesados y, llegado el caso, también pueden ser peligrosos. Su motivación suele ser que los contratemos para que nos realicen tareas de mantenimiento en nuestra web, para que esté actualizada y protegida contra otros piratas. Suelen dedicarse a cambiarnos cosas de sitio, meter códigos, casi siempre inocuos, que ralentizan nuestra web, cambiar contenidos... aunque rara vez tirarán o destruirán nada importante y sus códigos se identificarán fácilmente porque no les interesa destrozar del todo la web o les daría después más trabajo a menos que su intención sea quitarle el mantenimiento a otro y hacer todo el trabajo de cero para cobrar más de entrada. Es decir, suelen ser técnicos o empresas a las que hemos retirado su contrato de mantenimiento o empresas que aspiran a tenerlo. Para evitar a este tipo de piratas hay que ser muy cautos a la hora de contratar a las empresas o técnicos que nos van a realizar nuestras aplicaciones, en este caso la web corporativa, pero puede ser extensivo a cualquier tipo de aplicación a la que se pueda acceder en red. El grado de peligrosidad dependerá de hasta donde estén dispuestos a llegar para conseguir lo que quieren, que es el contrato con nosotros.

Así que ya sabéis, si os topáis con cualquiera de estos tipos de piratas ahora ya sabéis porqué se dedican a hacer lo que hacen y podréis decidir mejor que hacer vosotros.

lunes, 19 de octubre de 2015

Resaca pos-pilarista

Voy a comenzar esta nueva tanda de publicaciones hablando de esta especie de resaca posfestiva que queda en la ciudad tras la celabración de las Fiestas del Pilar.

Yo no soy creyente, ni soy especialmente festera, pero nunca tengo la suerte de poder huir de la ciudad en estos días. Tampoco suelo salir, pero no hay año que no haya alguien que me proponga tomar un café o un aperitivo en estas fechas. A pesar de que no me gustan mucho las aglomeraciones, por lo general soy lo suficientemente sociable (o al menos yo me considero sociable comparada con otras personas que dirían seguro que no) como para decir "si" a la mayoría de las propuestas que me hacen.

Me habré limitado a tomar un par de aperitivos y un par de cafés, y no he salido ninguna noche ni he ido a hacerme fotos con la Virgen y su precioso manto floral, pero hoy, al coger un autobús para ir a trabajar, he notado esa "resaca" que queda en la gente. 

Durante las semana de las fiestas algunos tenemos la suerte de disponer de jornada reducida, otros tienen la suerte de no tener que trabajar y muchos, que habitualmente tienen la desgracia de no poder trabajar, esos días si pueden hacerlo. La ciudad cambia. Las calles se llenan de gente en horarios diferentes. Durante una semana, aunque no nos sumerjamos del todo, somos testigos de una ciudad cambiante, de una fiesta de no para desde el amanecer con las vaquillas a las diferentes actuaciones dispersas por toda la ciudad a lo largo de la noche. Pero hoy la ciudad de siempre ha regresado, hoy la ciudad estaba de resaca.

Todavía quedan esos espacios por desmontar del todo y que desaparecerán en las próximas horas. Esos peñistas que todavía tendrán alguna merienda pendiente. Restos de basura en las zonas donde los servicios de limpieza municipal aún no han tenido tiempo de limpiar. Clases de colegios e institutos que, aunque no se habían interrumpido del todo la semana anterior, ha sido hoy cuando se han retomado con auténtica normalidad.

Pero quizá lo que más potencia esa resaca general que sufre hoy esta ciudad es la lluvia. Esa lluvia que apareció ayer por la tarde sin ser invitada al final de las fiestas. Esa lluvia que hoy moja sin caer, que hace que el sol no luzca y que entristezca el color del día. 

En definitiva, hoy no es un día como otro cualquiera, es el día de después de la fiesta. Hoy es ese día en que unos dicen "por fin" y otros dicen "¿ya?".