miércoles, 14 de agosto de 2013

¿Y de que escribo hoy?

Todos los escritores nos hemos encontrado en esa tesitura alguna vez ¿De que escribo hoy? Es obvio que no es tan fácil como algunos creen. Estos días de verano son ideales para que algunos blogueros profesionales se dediquen a dar consejos sobre como y porqué iniciar un blog, sugerencias sobre como sacarle jugo económico... pero me he fijado en que pocos son los que realmente hablan de los contenidos de forma seria.

Se hace demasiado hincapié, desde mi punto de vista, en los contenidos visuales, en la necesidad de publicar con mucha periodicidad, incluso la preferencia de el entorno (wordpress vs. blogger)... pero no se habla apenas de la necesidad de que los contenidos sean originales, que a fin de cuentas es de lo que se trata, de escribir algo que no te vayas a encontrar en otro sitio. De hecho, son muchos los que recomiendan sitios de los que poder sacar contenidos gráficos, de video y de texto para utilizar gratuitamente, lo que solemos llamar "recursos".

No es malo utilizar recursos ajenos, yo lo hago mucho últimamente, pero como recurso, no como contenido único. ¿Que diferencia hay? Pues mucha. La primera es la del respeto al autor original. Si utilizas un recurso gráfico de otra persona que lo ha licenciado bajo Creative Commons con algún tipo de restricción, lo lógico es que respetemos esa restricción. 

Es imprescindible respetar al creador de una obra. Que yo distribuya mi obra de forma gratuita y no me gane la vida con ello, no significa que el resto del mundo tenga derecho a hacer lo que le de la gana con ella. Y algunos diréis ahora que ¿que tiene que ver el respeto al derecho de autor con la falta de ideas originales? Pues todo en realidad. La falta de ideas es la que lleva a la mayoría a buscar recursos ajenos, generalmente ya elaborados,  para ahorrarse tiempo y trabajo. Uno de los motivos por los que inicié este blog fue, precisamente, la reivindicación de un artículo que yo había escrito para un medio digital y que otro medio digital había copiado íntegramente y al que habían añadido al final unas líneas que daban a entender que el autor o autores trabajaban para ellos, por no mencionar que se me citaba como fuente y no como autora material de la mayor parte del texto que comprendía la totalidad de mi artículo.

No digo que esté mal utilizar recursos acabados, en algunos casos los recursos que ofrece el autor no permiten obras derivadas, pero esos recursos suelen estar orientados a un usuario final y no a que se aprovechen de ellos compañías con ánimo de lucro. Si uno quiere poder usar un recurso del que no tenga que estar informando de autor, origen, etc., debe buscar sitios donde haya contenidos de esas características  generalmente pensados para la elaboración de obras derivadas y no para su uso directo. Es el caso del repositorio fotográfico "Morguefile.com", un sitio que yo utilizo muy a menudo, del que se puede descargar lo que se quiera y se puede utilizar hasta con fines comerciales, siempre y cuando no se utilicen las fotografías tal cual se subieron a la web. "OpenClipart.org" es un proyecto del que se pueden descargar ilustraciones de uso gratuito y sin restricciones, por lo que se pueden utilizar sin modificaciones.

Pero estos dos sitios no son los únicos que nos pueden proporcionar recursos para crear nuestro propio contenido visual que ilustre nuestros textos. Plataformas sociales como Flicker nos permiten localizar contenidos bajo licencia Creative Commons, que debemos revisar antes del uso de la imagen, pues puede que no nos permita crear obras derivadas o solo nos permita su uso en obras derivadas, pero sobre todo, hay que fijarse muy bien en la forma en que hay que respetar la autoría de la foto. Si la obra es derivada, a veces ya no es necesario, pero si recomendable, eso sí, dejando claro que no tiene nada que ver con la obra derivada. La mayoría de la gente, cuando hace una obra derivada, generalmente no pone nada, sin embargo, lo más adecuado es aclarar de quien es cada cosa y así no quedarán dudas. Pero ¿que pasa si estoy utilizando muchas fotos de distintos autores para crear mi propia obra y todos ellos exigen la autoría de su foto?

Una buena opción es no usar material de muchos autores distintos a la vez, pero si no sucede, la alternativa es poner junto a la imagen que publiquemos, un enlace a una nota aclaratoria que explique de quien es cada cosa. Es como cuando escribimos un texto basado en los textos de otros, debemos poner la bibliografía. Aquí no veréis bibliografía, sencillamente, porque este texto es enteramente mio.

Y para terminar, lo más importante de un blog no son sus imágenes, por más que se empeñen vendernos lo de ser escuetos, sino sus palabras, pues para publicar imágenes ya están Flickr y Pinterest.


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